Fecha llegada: 8 marzo 2022

Maite significa amor en euskera, y eso es lo que más le ha faltado en la vida. Con casi 20 años perdió a la única persona que le hacía caso de vez en cuando, que sepamos nunca había vivido con otros burritos y Maite estaba muy triste, por eso nos pidieron ayuda para darle el hogar y el amor que Maite nunca había tenido.

Desde que llegó se hizo muy amiga de Montse, tanto que se ha vuelto normal ver a las señoras compartiendo paseos y momentos y al pobre Rober vagando en solitario sin que ellas se den cuenta de que han perdido al jovenzuelo de Rober.

Algo que nos sorprendió mucho de Maite cuando llegó fue que se acercó a Naia y la tranquilizó con un roce de hociquillos, su sabiduría y tranquilidad hicieron que bajara el nerviosismo por una nueva llegada y en seguida estaban todos conviviendo con total normalidad.

Maite es tranquila y le encantan los mimos, pocas veces es ella quien nos da un susto, y muchas las que apacigua a sus compañeros.

“Es común que a los burros nos tengan viviendo a la intemperie, en solitario y en situación de abandono. El frío y la soledad son nuestra vida, muchas veces enfermamos por la mala alimentación y la falta de cuidados pero a nadie le importa porque solo somos burros. Creo que soy la burra más afortunada del mundo habiendo podido jubilarme en un espacio rodeada de gente maja donde me cuidan y me respetan, donde duermo calentita, como sano y tengo amigos burros y caballos.”