Comenzamos a darle forma al proyecto cuando Frambuesa, la última perra que rescatamos llegó a nuestras vidas.
Frambuesa es una perra considerada PPP o peligrosa, y con tan sólo 5 meses estaba sentenciada, con los dos fémures partidos estuvo un mes en una jaula hasta que decidimos sacarla de allí y darle la vida que se merecía.
Ella era el empujón que necesitábamos para hacer algo más por los animales, por todos aquellos animales a los que la sociedad da la espalda.
María
Comencé la carrera de veterinaria en 2005, el mismo año en el que cambió mi forma de ver a los demás animales.
Desde pequeña me han encantado todo tipo de animales, y cuando murió el perro que me acompañó desde que era pequeña tras una larga enfermedad le prometí que no volvería a ver a nadie morir sin saber cómo podía ayudarle.
Fue a los 18 años cuando un amigo me dijo algo que me marcó hasta el punto de cambiar completamente mi vida: «si tanto te gustan los animales ¿por qué te los comes?».
Durante la carrera fui voluntaria en una protectora de perros y gatos, e hice activismo con Igualdad Animal, poníamos puestos informativos todas las semanas, hacíamos investigaciones en granjas y mataderos y participé en algún rescate.
He trabajado haciendo urgencias, en clínicas de día y en centros de recogida de animales abandonados, pero mi objetivo era ayudar a los que no tenían nada ni a nadie, y sobre todo que nadie decidiera como debía realizar mi trabajo para ayudar a otros.
Las limitaciones económicas y muchas veces la falta de interés por ayudar a quienes estaban a su cargo por parte de los familiares me empujó a dejar la clínica, y tras trabajar en un santuario de animales decidí que quería llevar a cabo mi propio proyecto, en el que poder aunar los conocimientos y la experiencia adquirida en estos 13 años.
Alberto
Siempre he sentido empatía hacia los demás animales, hasta que me di cuenta de que era incompatible respetarlos y seguir utilizándolos.
Poco a poco me fui sensibilizando y comenzó mi inquietud por hacer algo más, puesto que soy carpintero y tengo nociones en construcción me acerqué al mundo de los santuarios y refugios para ofrecerme en esas labores.
Hasta que llegado el momento se nos planteó la oportunidad de crear algo propio con nuestras manos. Empezar de cero siempre da vértigo pero la ilusión de poder construir un refugio para aquellos que más lo necesitan era tan grande que no dudamos en lanzarnos.
A día de hoy, cada día me enfrento a nuevos retos y no se puede dejar de aprender en el mundo de la construcción de instalaciones, siempre con el objetivo de buscar dentro de las opciones más económicas aquellas que sean más seguras y aporten un mayor enriquecimiento ambiental a los animales.
Mi actual trabajo como herrero me permite conseguir materiales y poder trabajar con ellos creando estructuras, vallados y elementos que hagan las instalaciones más seguras para los animales sin tener que contratar este trabajo a terceros.
Mi pasión es verles en libertad, disfrutando de sus espacios seguros, jugando felices y poder seguir construyendo para poder seguir liberando.