DICIEMBRE

                 – LAS CORDERAS Y CABRITAS CON OLIVIA Y MAIA-

En determinadas fechas del año es el momento de comer cordero y cabrito, por ello cada año paren miles de ovejas y cabras siendo enviados sus bebés al matadero.

Existen diferentes tipos de carne en función de la edad, especie y lugar en que se les mate a estos bebés: lechal, ternasco, cordero, cabrito y algunos más.

En España cada año se matan unos 10 millones de ovejas y en torno al millón de cabras. La inmensa mayoría son bebés para consumo humano, el resto son sus madres cuando ya no sirven a la industria y cuya carne no pasa a consumo humano, sino que es un subproducto para industrias como la alimentación de animales de compañía.

Los corderos y cabritas son animales sociales que necesitan a sus madres y demás miembros de la familia para sobrevivir, cuando son separados pueden pasar días gritando y atemorizados, el traslado al matadero es uno de los momentos más angustiosos hasta para los propios cómplices de la industria, numerosos transportistas, ganaderos y matarifes aseguran que los gritos de estos bebés buscando a sus madres así como el de las madres llamando a sus hijas son de los gritos más desgarradores que han escuchado en sus vidas.

Cuando tengas delante un plato de carne acuérdate de que antes era alguien como Olivia, como Maia y NO MIRES A OTRO LADO.

LA HISTORIA DE OLIVIA Y MAIA.

Maia estuvo a punto de ser atropellada mientra vagaba por las calles de una ciudad con un collar al cuello pero sin ninguna identificación por lo que pasó a ser propiedad del centro municipal de animales, desconocemos si sería para una matanza casera o tendrían otros fines para ella.

Por su parte, el mismo día que encontraron a Maia, Olivia apareció en una autopista recién caída del camión que le llevaba al matadero, dos brechas abrían su cabeza dejándola postrada en un charco de sangre en el arcén. Por suerte, quien la encontró no miró a otro lado, paró el coche como pudo y la auxilió sin dudarlo, tras pasar horas en una clínica haciéndole múltiples pruebas y suturando su cabeza, Olivia fue dada de alta y se vino con nosotras y con Maia.

El mismo día que se conocieron se hicieron inseparables, y aunque a Maia le costaba refrenar sus ganas de jugar a darse cabezazos con Olivia pudo reprimirse hasta que curaron las heridas, y meses después Maia sigue durmiendo sobre Olivia, y comparten cada segundo de sus vidas dándose seguridad, juegos y un amor incondicional.

Ilustración por

                                Roma Velarde

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