Bimba
Fecha llegada: 1-8-16
Nos despedimos: 16-12-19
Bimba apareció con dos meses en el motor de un coche, la persona que la encontró tiró de ella para sacarla con tan mala suerte que su pata quedó enganchada y dañaron los nervios de su pata izquierda, además tenía infección en sus dos ojos. Cuando la entregaron en la perrera directamente la iban a matar, pero una compañera veterinaria se cruzó en su camino; cuando vio la jeringuilla cargada para acabar con la vida de ese bebé herido que no paraba de ronronear decidió hacerse cargo de sus cuidados. Durante dos meses tuvo a Bimba más o menos a escondidas para tratar sus ojos, llevándosela a casa los fines de semana y buscando una asociación que se hiciera cargo de sus cuidados.
Cuando apareció esa asociación le hicieron los test y al dar positivo a leucemia dijeron que no la sacarían de ahí. Por lo que esta compañera me llamó y me contó el “problema” que tenía, Bimba era una gata de 4 meses, la tenía en su casa, con un positivo no podía quedarse en la perrera, pero tampoco podía quedarse en su casa, por lo que fuimos a recogerla para intentar curarle y buscarle un hogar. Pero los problemas de Bimba no mejoraban y decidimos que lo mejor sería hacernos cargo nosotros.
Durante su primer año de vida la operamos 6 veces de su ojo hasta que finalmente se lo tuvimos que quitar, 8 meses echándole gotas en el ojo cada 6 horas, Bimba es amor, por lo que intentamos todo por salvar ese ojo. Con su pata sucedió algo parecido, no tenía sensibilidad en los 3 primeros dedos, pero la usaba para todo, por lo que una compañera veterinaria especializada en rehabilitación y fisioterapia nos dió las pautas para recuperar la posición y rehabilitar su mano, le dábamos sesiones de láser y conseguimos que corrigiera la postura y apoyase casi normal. Pero la pérdida de inervación comenzó a causar problemas de apoyos, degeneración de la articulación y dolor, así que tuvimos que amputar su patita.
Con tan sólo dos años y medio a Bimba se le ha «activado» el virus de la leucemia y ha desarrollado uno de los tumores más comunes en gatos positivos, un linfoma mediastínico; desde noviembre de 2018 estamos dándole quimioterapia para intentar darle todo el tiempo posible con la mejor calidad de vida.
En diciembre de 2019 el tumor volvió a aparecer, causando daños en su hígado y páncreas. Finalmente y pese a sus enormes ganas de vivir y jugar tuvimos que ayudarla a marchar, el dolor nos hacía mantenerla con sedantes y no había opciones de mejoría.
«Si tuviéramos que elegir a alguien para que nos diera fuerzas para seguir adelante, si tuviéramos que tener un referente en cuanto a saber vivir, ella sería Bimba sin duda, jamás se rindió, jamás un mal gesto. Bimba fue amor y sonrisas hasta el último suspiro. Te querremos siempre, florecilla.»
“Soy Bimba, y dicen que soy dinamita, doy amor a todo el mundo, a mis compañeras las atormento un poco con mis besos y juegos, pero a mí no me falta ni un ojo ni una pata, ¡¡¡a mi me sobran ganas de vivir, gente!!!”