Fecha llegada: junio 2021

No sabemos cómo ni porqué llegó Putxi a nuestras vidas. Lo que si sabemos es que vino a ponerlas patas arriba.

Su historia, la de tantas, real o no, Putxi no ha tenido una buena vida, y aunque nunca conoceremos su realmente su pasado dicen que salió de un chenil de caza, ella no servía para cazar, también nos dijeron que era viejita y que nadie la quería.

Acogimos a Putxi por su carácter enérgico, por miedo a que se escapara o muriese atropellada, un vecino la había sacado de aquel chenil de caza y no podía cuidarla, su energía vital necesitaba personas siempre pendientes de ella o habría un accidente tarde o temprano.

Putxi es la perra siempre presente, siempre corriendo, siempre dando lametazos, jugando, ella, ella y siempre ella, adora los mismos, le encanta jugar, corre a una velocidad inexplicable para su tamaño y es capaz de escapar de cualquier valla.

Por suerte, Putxi solo se va si no le hacemos caso, por eso sus paseos son para ella, todo tiene que girar en torno a ella, mimos, juegos, pero, afortunadamente, con la llegada de Txispa ya no solo quiere nuestra atención también juega con Txispita como si fueran dos pajarillos revoloteando por el terreno.

“Hola, hola, hola. Lametazo, lametazo, lametazo. Soy la energía hecha perro, no puedo parar quieta, os quiero a todos, y mucho, una caricia, un peluche, un juguete que pite, lo que sea, quiero que me hagáis caso, que juguéis conmigo y que siempre, siempre, siempre, estéis dispuestos a recibir un beso con lengua. ”